MADRID 6 Jul. (EUROPA PRESS) -
Quien haya tratado subirse a un flotador tipo rosco sabe lo difícil que puede llegar a ser mantener la dignidad en el intento. Da igual la edad, el tipo de playa o el número de testigos: lograr sentarse correctamente en uno de estos flotadores sin terminar boca abajo, hundido o con las piernas en el aire es un pequeño desafío del verano. Por suerte, existe un truco que podría acabar con años de torpes batallas acuáticas.
La técnica, tan sencilla como ingeniosa, consiste en aprovechar la flotabilidad del rosco y la inercia del cuerpo para "ensillar" el flotador desde dentro del agua. Para lograrlo, lo primero es colocarse en una zona en la que se haga pie, con el agua llegando aproximadamente hasta los glúteos. A partir de ahí, solo hay que seguir dos pasos:
1. Introducirse dentro del agujero del flotador rosca, como si te lo pasaras por encima hasta que quede alrededor de tu cintura. Luego, sentarte en él como si fuera un columpio, dejando que el flotador quede en posición vertical mientras lo sujetas por la parte superior con las manos.
2. En un solo movimiento, impulsarte hacia adelante mientras pasas los brazos por dentro del rosco, de modo que el cuerpo atraviese el centro y el flotador gire automáticamente hasta colocarse en posición horizontal. El resultado: quedas perfectamente encajado, flotando en equilibrio y sin haber dado el espectáculo habitual.
https://www.instagram.com/p/DLKDTxZMuTi/
El truco es visual, efectivo y podría de funcionar incluso cuando el agua no está completamente en calma. Lo mejor: evita los saltos torpes, los intentos fallidos y ese momento en que todo el mundo en la playa mira.
OTROS MÉTODOS
Además de este truco, existen otros métodos que pueden ayudar a subirse al flotador de forma estable, dependiendo del entorno y la comodidad de cada persona.
Desde el borde de la piscina: sentarse en el borde, colocar el flotador frente a ti y deslizarse hacia el centro del rosco con cuidado. Desde el agua: introducir primero una pierna por el agujero central, luego la otra, sujetarse del borde o los agarres si los tiene, y empujar con las manos para subir el torso y las caderas.
En ambos casos, la clave es moverse despacio y mantener el equilibrio una vez dentro, sin cargar de más el flotador ni intentar ponerse de pie, ya que esto aumenta el riesgo de volcarse.