Publicado 28/02/2024 12:08

Obituario Alexei Navalny

Una persona observa las velas, flores y fotos en homenaje a Alexéi Navalni a los pies de la farola modernista junto a la plaza Catalunya, en La Rambla de Barcelona, a 22 de febrero de 2024, en Barcelona, Catalunya (España).
Una persona observa las velas, flores y fotos en homenaje a Alexéi Navalni a los pies de la farola modernista junto a la plaza Catalunya, en La Rambla de Barcelona, a 22 de febrero de 2024, en Barcelona, Catalunya (España). - David Zorrakino - Europa Press

FLORIDA, 28 Feb. (Maria López Rodríguez) -

El pasado viernes 16 de febrero el mundo supo la noticia de la muerte de Alexei Navalny en una de las cárceles más recónditas de Rusia. Su nombre se convirtió en tendencia y los medios no paraban de hablar del hombre que se enfrentó durante años al gobierno de Vladimir Putin.

Navalny nació el 4 de junio de 1976, en Butyn, una ciudad al norte de Rusia. Se graduó en Derecho en la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos en 1998 y junto a su esposa Yulia Navalnaya, fundó una familia de dos hijos, con los que se mostró varias veces en eventos públicos.

No ha sido el único opositor ruso, pero sí uno de los más populares.

Sus inicios en la disidencia se remontan al año 2008, en el que comenzó a denunciar en un blog hechos de corrupción del Estado. Navalny supo atraer a los jóvenes con su lenguaje burlesco y contundente. Su popularidad fue creciendo a través de los años y a pesar de que nunca pudo comunicar sus ideas y propuestas en los medios tradicionales rusos regulados por el Estado, sumaba millones de suscriptores y visualizaciones en los canales virtuales y quién sabe cuántos seguidores exactamente en el mundo real.

En 2011 fundó la plataforma Fundación Anticorrupción (FBK), que se describe como la única organización sin fines de lucro en Rusia que investiga, revela y previene la corrupción entre funcionarios de alto rango del gobierno ruso. Desde allí publicó cientos de investigaciones, exponiendo sin temor a la cúpula política rusa que supo luego pasarle factura.

Porque su voz generaba manifestaciones y sus intentos de obtener un puesto político, movían el piso del Kremlin. Desde 2011 fue encarcelado y sentenciado en varias ocasiones, por casos de malversación de fondos, que él calificaba como farsa y excusa para excluirlo de las elecciones.

En 2020 fue víctima de envenenamiento por el agente nervioso Novichok, según determinaron investigaciones realizadas en Alemania, a donde fue llevado para su tratamiento. Aunque el gobierno ruso se eximió de toda responsabilidad, Navalny responsabilizó directamente a Putin. El premiado documental Navalny (2022) recoge el proceso de investigación realizado por su equipo en la búsqueda de pruebas que respaldan esta afirmación.

A pesar del inminente riesgo para su libertad, este hijo pródigo volvió a casa. El 2 de febrero de 2021, fue encarcelado por violar los términos de la sentencia suspendida en 2014 por fraude. El caso en su contra se basó en no presentarse periódicamente a la policía durante 2020, mientras recibía tratamiento médico en Alemania. El tiempo de condena se fue incrementando tras acusaciones de malversación de fondos, desacato al tribunal y formación y financiación de organizaciones y actividades extremistas. Terminó condenado a 30 años de prisión y trasladado a la cárcel IK-3 en el Círculo Polar Ártico.

Allí murió el pasado viernes. Las autoridades rusas solo han informado que se sintió mal y se desvaneció luego de un paseo en la prisión. Yulia Navalnaya habló por primera vez el 19 de febrero en el canal de YouTube de Navalny. Visiblemente triste, acusa a Putin de asesinato, asegurando que con este hecho busca matar también la esperanza, la libertad y el futuro del pueblo ruso.

Ella denunció las condiciones a las que estaba siendo sometido su esposo en la prisión: hambriento, constantemente torturado y privado incluso de papel para escribirle a ella y a sus hijos. Sin embargo, afirma, Navalny nunca se dio por vencido.

"Mi esposo era indestructible y exactamente por eso Putin lo mató", dijo, añadiendo que están reteniendo su cuerpo para que se borren las huellas de otro probable envenenamiento.

En el documental hecho dos años antes, Navalny fue cuestionado con una pregunta poco común: ¿Qué te gustaría decirle al pueblo ruso en caso de que te asesinen?

"Si ellos deciden matarme es porque somos increíblemente fuertes. Necesitamos utilizar ese poder para no rendirnos, para recordar que tenemos mucho poder oprimido por estos tipos. No nos damos cuenta de cuán fuerte somos realmente. Lo único necesario para el triunfo del mal es que la gente buena no haga nada. No seamos indiferentes", dijo y esbozó su inconfundible y eterna sonrisa.