MADRID 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Banco Central de Rusia ha decidido este viernes reducir en 100 puntos básicos el tipo de interés de referencia para sus operaciones, que pasará a situarse en el 20%, en lo que supone la primera rebaja del precio del dinero desde septiembre de 2022.
La entidad dirigida por Elvira Nabiullina había mantenido estable el tipos de interés de referencia en el nivel récord del 21% desde el pasado mes de octubre ante el desplome de la cotización del rublo y la aceleración de las presiones inflacionarias.
En un comunicado, el banco central ruso destaca que las presiones inflacionarias actuales, incluidas las subyacentes, "siguen disminuyendo" y, si bien el crecimiento de la demanda interna sigue superando la capacidad de expandir la oferta de bienes y servicios, la economía rusa está retomando gradualmente "una senda de crecimiento equilibrado".
Según las previsiones del Banco de Rusia, dada la orientación de la política monetaria, se prevé que la inflación anual volverá al objetivo del 4% en 2026 y se mantendrá en ese nivel en los años siguientes, después de que el pasado mes de abril el alza de los precios desestacionalizados se moderase al 6,2% desde el 8,2% de media en el primer trimestre de 2025, mientras que el indicador de inflación subyacente se situó en el 4,4%, tras el 8,9% de media del trimestre anterior.
De este modo, la entidad considera que el impacto de las condiciones monetarias restrictivas sobre la demanda "se hace cada vez más evidente en la disminución de las presiones inflacionarias" con un efecto especialmente fuerte en la disminución de los precios de los bienes no alimentarios e incluso a través de la apreciación del rublo, mientras que las presiones inflacionarias sigue siendo elevadas para los productos y servicios alimentarios.
De su lado, la desviación al alza de la economía rusa respecto de una trayectoria de crecimiento equilibrado "se está reduciendo" y los datos de alta frecuencia apuntan a una desaceleración gradual del crecimiento de la demanda interna, mientras que la situación del mercado laboral no ha cambiado considerablemente desde abril y el desempleo se encuentra en mínimos históricos.
"Los riesgos proinflacionarios disminuyeron ligeramente, pero aún prevalecen sobre los desinflacionarios a medio plazo", resume el Banco de Rusia, advirtiendo de que una mayor disminución de la tasa de crecimiento de la economía mundial y de los precios del petróleo, en caso de una escalada de las tensiones comerciales, podría tener efectos proinflacionarios a través de la dinámica del tipo de cambio del rublo.
De tal manera, la institución ha subrayado que mantendrá las condiciones monetarias "tan restrictivas como sea necesario" para que la inflación vuelva a su objetivo en 2026.